viernes, 15 de octubre de 2010

Ruptura

A veces quedo conmigo para dejarme,
me digo:
Vete,
me digo: vete allí donde las viudas iluminan
los paseos y ronda el mar,
vete específicamente de ti,
vete a la sombra de una estatua
hecha con la carne del poema,
vete a ese rincón que tienen los niños
y donde todavía no han sido infectadas
las paredes,
vete de una vez,
vete
.

Me dejo igual que se dejan las parejas,
en torno al adjetivo del café:
Lo nuestro no puede ser, me digo,
es mejor que cada uno tire por su lado,
como si pudiéramos tirarnos por los lados
de geometrías estables
donde han vencido ya las ondas.


Así como las incongruencias que hacen
que exploten los aparatos,
así yo.

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