martes, 6 de julio de 2010

Pirueta


Apoyado en la baranda de tu sexo
he caído en la tragedia del guijarro
y he sabido abrir el contrafuerte
y he sabido urdir el contrabajo.


Están llenos de ojos tus barros
y la arcilla es un muelle de protestas,
el verano se ha quedado entre las piernas
y el estrato ha cubierto el almirez.


¡Cuidado!
Hay un dromedario en el tabaco
y el gemido interrumpió dos mil siestas.
¡Piruetas, piruetas del letargo, piruetas!


Aplastado está el pecho de abrazarnos
y la vista es preciosa en la escalera,
en el cuello hay una repisa para el canto,
han doblado la espina las monsergas.


Apoyado en la baranda de tu sexo
tiene la noche los guías contados;
y habré de perderme en sinalefas
y habré de perderme entre los labios.


¡Piruetas, niña,
piruetas!

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