miércoles, 3 de junio de 2009

Plancton

En un gesto preparado
con todas las cámaras alrededor
quiero morderte las pestañas
y vaciarme el suelo con tus ojos
y hacerme encía de tu piano
y ser Chopin, y ser el plancton
que habitas pequeñita
en la ballena que yo te soy
y regalarte toda la nada
que emanan mis trazos,
que quiero recorrer mares
para beberme su hambre
con el sólo propósito de no saciarme
nunca del microscopio que me das
sólo sea por la sonrisa que abres
con todos los pecados capitales,
con todos los esquivos premolares,
con toda mi sangre en tu puñal.

Quiero morderte la pestaña, niña,
para que este mecanismo corpóreo
vacíe de una vez su sedimento
y no sea otra vez tormento
ese ufano afán por abarcarte
y entre de lleno en la vida el aire
trémulo y cansado de los días.
Y que los días trencen las guirnaldas
y los pianos rechacen tus asientos
y que confundas tus nidos con mi cuello
y me despiertes del sueño de soñar.

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