martes, 28 de abril de 2009

De tertulia con los POEKAS

Memorable la tertulia de esta noche presidida por Elena Moratalla y el golpeteo de bolígrafo a modo de aplauso de Martín Lozano. Alrededor un grupo de poetas del que sólo destaco en juventud y en las afueras del centro cultural una fiesta de no sé qué de colegios con camareros incluidos y mesas de manteles rojos a modo de comunión reducida. En el aire de nuestra habitación: versos. Y en los versos: voces, y en las voces: la experiencia. De todas las experiencias hay una frase que destaca, un poema entero escondido. Los poemas, como las células, están hechos de micropoemas que esconden a su vez en su vientre el multiverso. En definitiva, un agradable encuentro de poetas donde cada uno, desde su propio estilo, enmarcaba el cuadro de su ritmo al oído de los demás.

Dije memorable la tertulia de esta noche, porque terminó con una emotiva despedida de Ogsmande Lescayllers, quien parece que le espera mucho trabajo ahora que se van a producir cambios decisivos en su tierra cubana y de quien debo decir que emana tal electricidad que, de algún modo sé que hará mucho bien en torno a los acontecimientos que se acercan. Animada también su propuesta de convertir la tertulia de Poekas en no sólo una lectura de poemas, sino en la crítica de los mismos para fomentar nuestras ganas de aprender y encontrar ese verso que casi rozamos o ni eso, ese ritmo que nuestro oído no supo marcar, la clepsidra del reloj que no entonó bien sus agujas y que quizá halle el espasmo que le falta en el despertar de otra voz que nos es ajena y nos marca la idea o nos muestra el camino o que, en suma, procura que la estrofa quede encasillada, cerrada y el verso parezca un verso y no una frase que rellena nuestra equivocación.

Ha sido mi primera experiencia en esta tertulia, aunque venga siguiendo al grupo desde mi recital en el Paco Rabal o los visitara en el bello homenaje que hicieron al poeta Gabriel Celaya y pienso repetir; aunque sólo sea para que no se me escape Miguel Pastrana para decirle que admiro su libro Lisboa que me adjudiqué en la tertulia y me eche una firma que alimente su ego: ese parásito hermoso y malnacido que se hace su casa en los poetas.

2 comentarios:

Neorrabioso dijo...

Me dormí, Pedro. Iba a ir, lo juro, pero me dormí (trabajo siempre de noche).

Abrazos. Te sigo.

Hasta pronto.

José Antonio dijo...

Hola Pedro.
Encantado de que te lo pasaras bien en nuestra compañía. Para nosotros también es un placer contar contigo en nuestras actividades. Que son las tuyas y las de todo aquel que guste del diálogo y las letras.

José Antonio